viernes, 30 de diciembre de 2016

SALMO 97 - El Señor, juez vencedor

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. 
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. 
Los confines de la tierra han contemplado 
la victoria de nuestro Dios. 
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:

tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. 
Retumbe el mar y cuanto contiene, 
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra. 
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

[La Biblia de Jerusalén pone a este salmo el título de El juez de la tierra. Es un himno escatológico inspirado en la última parte del libro de Isaías (caps. 56-66), y muy afín al salmo 95: "Cantad al Señor un cántico nuevo". Para Nácar-Colunga el título de este salmo es Canto de alabanza a Dios después de la victoria. Una victoria del pueblo sirve de ocasión al poeta para dirigir a las naciones todas una invitación para que vengan a cantar a Yahvé, reconociendo su poderío y su fidelidad a las promesas hechas a su pueblo. A pesar de su brevedad incluye este salmo dos fragmentos de distinta procedencia: a) acción de gracias por una liberación (vv. 1-3); b) anuncio del reino escatológico de Yahvé (vv. 4-9).]

FUENTE SUGERIDA: http://www.franciscanos.org/oracion/salmo097.htm

jueves, 1 de diciembre de 2016

Una mirada al Cristianismo en Norteamérica

El cristianismo en Estados Unidos de América, sobre todo, debe reconocer su maldad. "Si mi pueblo... se humilla... y se vuelve de sus malos caminos", (2 Crónicas 7:14). Debemos regresar a la centralidad de la Palabra de Dios, al rezo del rosario, a recibir la EUCARISTÍA y aplicarla a cada área de nuestra vida y aceptar los absolutos de Dios en ética y moral para construir verdaderas familias, congregaciones más estables, estabilidad social y progreso sostenible. Una vez más los políticos, el mundo académico y el entretenimiento honrarán la Palabra de Dios. La gente que emigra a este país asimilará el verdadero sueño americano conforme abrazan las creencias y los valores que hicieron a los Estados Unidos de América único en la historia de la humanidad. El cristianismo cobrará de nuevo el respeto que ha perdido ante los ojos del mundo. Pero, si Estados Unidos se rehúsa a hacer los cambios, irá a su tumba como otras grandes naciones y civilizaciones antes que ella.