jueves, 31 de diciembre de 2015

¿Qué es la Militia Sanctae Mariae (Caballeros de Santa María)?


Nuestro fundador, Dom Gérard Lafond, O.S.B., quiso, en 1945, contribuir expresamente a la formación de una nueva Caballería, basada en la tradición pero adaptada a nuestra época:
  • reviviendo el espíritu de la Caballería cristiana en lo que tiene de más puro y universal.
  • encarnando este espíritu en una institución que fuese para nuestro tiempo lo que fueron, salvadas las diferencias, en la Edad Media las Órdenes Militares.
  • consagrándola de modo muy especial a la Santísima Virgen.
          Los Caballeros de Santa María conciben su acción como un doble combate, a la vez espiritual y temporal:  espiritual por su inspiración y por su fin; temporal por el terreno en que se lleva a cabo.  Combate por el hombre, en la ciudad de los hombres, pero con vistas a la ciudad de Dios pues su envite es la salvación del hombre en su totalidad.

¡ADIÓS AL AÑO!

EL TIEMPO PASA- El presente año ha pasado como un soplo, y como el pasarán todos los que nos restan vivir, sean pocos, sean muchos; sean felices, sean desgraciados.
¿ Qué se ha hecho de las penas y de los dolores?¿ qué de las alegrías locas y de los placeres de este año transcurrido?.
Ni las penas, ni las alegrías pasadas pueden ya volver. De ellas sólo queda el mérito de haber sufrido, o gozado con conciencia pura y con alteza de miras, o, al revés, la responsabilidad de haberlo perdido todo por falta de espíritu cristiano.
El tiempo pasa para todos, este año ha pasado para todos, nadie ha podido detener el reloj. ¡ Cómo hubiese deseado el gozador de la vida, el pecador disoluto, que no hubiesen pasado sus horas de placer, sus días y sus noches de miel! Sin embargo, pasaron para no volver.
Ha pasado este año corriendo, volando; pero no ha pasado en vano. Muchos desearían que hubiese pasado sin dejar huellas como el vuelo del pájaro; que lo pasado, como dicen, quedara pisado, más no es así. Todo el pasado queda sujeto al juicio de Dios.
LA MUERTE SE ACERCA- La muerte galopa y se acerca de día en día para cada uno. A muchos, a innumerables, los ha alcanzado en este último año, y los ha alcanzado sorpresivamente. A muchos que hemos conocido sanos y alegres, en pocos minutos, o en pocas horas, o en breves días, los hemos visto desaparecer.
Ni la edad, ni el bienestar, ni la dignidad, ni la ciencia, ni el vicio, ni la virtud respeta la muerte inexorable. Todos tenemos nuestro día señalado, como lo tuvieron los que nos han precedido este mismo año y los años anteriores. Desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, y de muchos de ellos no queda ni el recuerdo.
¡ Tanto afán por vivir, para vivir tan poco y tan tristemente!. ¡ Tanto cuidar del cuerpo y del vestido y del negocio y de la honra, para perderlo todo tan presto y tan sin remedio! ¡Tanto alardear de las riquezas, de la hermosura, de las simpatías, de la influencia, para quedar de súbito reducido a un cajón de podredumbre!
LA ETERNIDAD NOS ESPERA– Nada seria que el tiempo pasase y que la muerte se acercara, si con ello todo se acabara. Más no es así. Al morir el hombre no muere del todo: perece la materia, pero el espíritu perdura. El cuerpo vuelve al polvo del sepulcro, de donde brotó; pero el alma retorna a Dios, que la creó.
Todo lo de aquí es pasajero, todo fenece; solo el alma sobrevive en este general cataclismo. Por eso el hombre, aunque muere, no muere para siempre, sólo cambia de vida: de la vida temporal pasa a la eterna, del tiempo a la eternidad.
¡La eternidad! ¡ Qué realidad terrible! Muchos la niegan, porque les convendría que no existiese; así sus vicios, no tendrían ninguna sanción ultra terrena. Otros muchos, los más, no piensan en ella, porque no la comprenden. Más ni por negarla, ni por desconocerla, la eternidad deja de existir y de esperarnos.
Nada fuera que la eternidad existiese, si esta fuese. Pero no es así. Hay dos eternidades para todos bienaventurada y feliz. Pero no es así. Hay dos eternidades: la eternidad del cielo, para premio, y la eternidad del infierno, para castigo. Hay, pues, un premio eterno y un castigo eterno. Así lo ha dispuesto dios, y nada ni nadie podrán hacer que no sea así.
Si, pues, te espera una eternidad feliz, ¡oh cristiano!, después de los sufrimientos de esta breve vida, ¿ Por qué no los soportas con resignación y con una santa esperanza? Y si a tí también te espera la eternidad, pero una eternidad desgraciada, ¡ oh pecador y gozador de la vida!, ¿ porqué prefieres un placer sucio y fugaz, a una eterna dicha?
Para meditar aún más:
I. ¿Podría decir con verdad como San Pablo: He combatido con valor, he concluido la carrera, he guardado la fe? Hete aquí al término del año; repasa en tu espíritu todo el bien y todo el mal que has hecho durante este año, y mira si tus buenas acciones son más numerosas que las malas. ¿Cuántos días transcurrieron sin que hicieras nada para Dios? Sin embargo, este año te fue dado únicamente para servirlo, para hacer penitencia de tus pecados y merecer el cielo mediante la práctica de las buenas obras.
II. ¿Dónde están ahora los placeres y los honores de que gozaste durante este año? ¡Todo ha pasado, y no te queda sino el triste recuerdo de haber ofendido a Dios por bienes pasajeros y falaces! ¿No es verdad que, al contrario, experimentas una gran alegría por el bien que hiciste tratando de agradar a Dios? Ya no experimentas el esfuerzo que tus buenas obras te costaron y tienes la esperanza de ser recompensado por ellas. Tu vida pasará como este año, tus placeres pasarán tanto como tus trabajos, y el único consuelo que te quedará será haber servido al Señor. ¿Quién me devolverá este día, este año que perdí en la vanidad? (San Euquerio).
III. Acaso pasaste parte de este año en pecado mortal. Si durante esa época hubieras muerto, ¿dónde estarías ahora? Dios te ha dado tiempo para hacer penitencia; aprovéchalo mejor en lo porvenir ¡acaso no tengas más que este año de vida! Prepárate, pues, a morir, haz una buena confesión, y si quieres pasar santamente todos los días del año que va a comenzar piensa todos los días en la muerte y en la eternidad. Dios te ha ocultado tu último día, para que te prepares a él todos los días de tu vida (San Agustín).
Aprovechemos el Tiempo…Santo Año 2016 para todos nuestros lectores

domingo, 29 de noviembre de 2015

El Papa nombra a un ingeniero mecánico de origen peruano como nuevo Obispo en Canadá

El Papa Francisco ha nombrado como nuevo Obispo de la diócesis canadiense de Whitehorse al sacerdote de origen peruano P. Héctor Vila, hasta ahora Rector del Seminario Redemptoris Materde Toronto.

El nuevo Obispo nació en Lima (Perú) el 17 de septiembre de 1962. Con 17 años emigró junto a sus padres a Canadá, donde estudió en el Emery Collegiate Institute de Toronto. Estudió luego ingeniería mecánica en el George Brown College de la ciudad y se licenció en 1986.
En 1987 entró en el Camino Neocatecumenal (un movimiento eclesial aprobado por la Santa Sede en 2008) y un año después inició los estudios de Filosofía y Teología en la Universidad de Toronto. Estos estudios los completó de 1989 a 1995 en el Seminario Redemptoris Mater de Roma.
Fue ordenado sacerdote el 14 de mayo de 1995 por San Juan Pablo II. Desde entonces desarrolló diferentes encargos.
Entre ellos el ministerio pastoral en las parroquias romanas de San Ireneo y de San Patricio (1995-1998); Administrador de la parroquia San Norberto de Toronto en 1999 y desde el 2000 Rector del Seminario Redemptoris Mater de Toronto.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Las Bacterias

Las bacterias son un filo de microbios unicelulares procariónticos del reino de las móneras. El algunos medios científicos se prefiere la denominación de bacterio en vez de bacteria.
Descripción: http://www.duiops.net/seresvivos/images/bacteria.jpg
      Los indicios de la existencias de las bacteria se remontan al Arcaico primitivo, son piedras con una edad de 3.500 millones de años, pero no dejaron tras de sí fósil alguno identificable.
      Las bacterias se caracterizan por no tener núcleo patente, ni clorofila típica, aunque pueden poseer otros pigmentos similares como bacterioclorina, bacterioclorofila y bacteriopurpurina, y sin pseudópodos. La bacterioclorina es un pigmento verde fotosintetizante que, según ciertos autores, acompaña a la bacteriopurpurina y a la bacterioclorifila en las algas purpúreas. La bacterioclorofila es otro pigmento fotosintetizante que, junto con la bacteriopururina, poseen las bacterias purpúreas. La bacteriopurpurina es un pigmento rojo que enmarca a la bacterioclorifila en las bacterias purpúreas, y que colabora con ella en la síntesis de los glúcidos, a partir del bióxido de carbono atmosférico. Esta síntesis se diferencia de la clorofílica en que utiliza el ácido sulfuhídrico como donador de hidrógeno.
      Aunque la organización de las bacterias es de tipo celular, el microscopio electrónico ha puesto al descubierto numerosas características propias de la célula bacteriana. También pueden ser observadas con el microscopio óptico.
      Una célula bacteriana se compone de una pared celular, membrana, citoplasma y ácido nucleico. La pared bacteriana aísla y protege perfectamente a la bacteria. Incluso algunas bacterias tienen una cápsula externa que las protege de los antibióticos y de los anticuerpos. La membrana bacteriana es esencialmente idéntica a la de las células eucariónticas, aunque posee unos entrantes en el citoplasma. En el citoplasma bacteriano las únicas estructuras existentes son los ribosomas y algunas vesículas llenas de gas. El ácido nucleico está formado por una sola cadena de ADN, que se suele llamar cromosoma bacteriano y es de forma circular, que se diferencia del cromosoma eucariótico en que es más pequeño y no se asocia tan íntimamente con las proteínas. Ambos se parecen en que se componen de ADN. Éste se halla condensado en una región de la bacteria llamada nucleoide o falso núcleo.
Descripción: http://www.duiops.net/seresvivos/images/bacterias.jpg
      Sus dimensiones son muy reducidas: tan sólo de algunas micras o fracción de micra. Se pensaba, no hace aún muchos años, que fuesen el límite inferior en la escala de ser vivientes; pero los modernos microscopios permiten observar otros seres mucho más diminutos, tales las rickettsias y los virus.
      Unas bacterias son inmóviles, otras poseen minúsculos flagelos, cuyo número y distribución varía notablemente, que les permiten desplazarse.
      Su capacidad reproductora es enorme, pues algunas se dividen cada 20 minutos si las condiciones les son favorables, por lo que una sola bacterias puede producir ingentes cantidades de descendientes en muy pocas horas. Se creyó durante mucho tiempo que sólo se reproducción asexualmente, pero hoy se conocen abundantes ejemplos se conjugación entre ellas, semejante a la de la reproducción sexual, al poder intercambiarse trozos de ADN, con lo que las bacterias resultantes tienen un material genético algo distinto. Se reproducen por bipartición simple, es decir, se parten en dos dividiendo equitativamente todo su contenido, incluido el ADN.
      Las bacterias han colonizado todos los medios terrestres y acuáticos: el mar, los ríos, los lagos, el suelo, el subsuelo, el aire, el hielo de los glaciares y el interior de los organismos, tanto vivos como muertos. Algunas dan lugar a esporas capaces de resistir las condiciones más adversas y que, al retorno de las circunstancias favorables, readquieren vida activa, pues se ha conseguido hacer revivir algunas, halladas en minas o a gran profundidad en la tierra, después de miles y miles de años de vida latente. Asimismo se han encontrado en el interior de meteoritos, lo que prueba su existencia en otros astros, y como también las hay en el espacio, se procura la esterilización de los vehículos espaciales, ante el riesgo que supondría la siembra de gérmenes en medios no preparados para contrarrestar su acción.
      Las bacterias generan electricidad en forma continua, aunque débil, y se trabaja en la obtención de pilas biológicas rentables, dirección en la que se han obtenido conquistas muy dignas de tenerse en cuenta. Muchas de sus especies viven en las aguas, dulces o marinas, abundantes en substancias orgánicas, en el suelo y en materias orgánicas en putrefacción; otras son parásitas, más o menos patógenas.
      Con arreglo a su forma, se clasifican del modo siguiente:
·       Cocos, o bacterias redondeadas, que pueden presentarse aisladas como los micrococos, en parejas como en los diplococos, y en cadena arrosariada o arracimada como los estreptococos y estafilococos, respectivamente.
·       Bacilos, bacterias alargadas, rectas o curvas, con o sin flagelos.
·       Espirilos, bacterias curvadas o retorcidas helicoidalmente, con un arrollamiento incompleto como en los vibriones, o completo como en las espiroquetas.
·       Bacterias relativamente grandes y formadas por filamentos tabicados, que reciben el nombre genérica de Leptothrix.
Desde el punto de vista biológico, se dividen así:
·       Bacterias autótrofas, capaces de sintetizar las substancias orgánicas a partir de las minerales; las hay que son fotosintetizantes, es decir, que utilizan la energía de las radiaciones luminosas gracias a ciertos pigmentos que poseen, bacterioclorofila principalmente; otras son quimiosintetizantes, y obtienen la energía necesaria a partir de reacciones químicas de oxidación, como las bacterias nutrificantes del suelo y las sulfobacterias de las aguas sulfurosas.
·       Bacterias heterótrofas, de las cuales unas utilizan los compuestos orgánicos elaborados por otros seres vivos a los que parasitan; las bacterias patógenas o parásitas, productoras de enfermedades en el hombre y en los animales; otras viven en substancias orgánicas, descomponiéndolas aprovechando la materia orgánica muerta para la alimentación, las bacterias de la putrefacción o o saprófitas; provocando fermentaciones, acética, butírica, láctica, etc., las bacterias zimógenas; y por último, las bacterias simbióticas, que viven en plan o ayuda mutua con organismos vegetales o animales, como las bacteriorrizas de las leguminosas. Éstas son la mayor parte de las bacterias.
Haciendo referencia a su respiración, se dividen así:
·       Bacterias aerobias: Utilizan oxígeno para realizar la respiración.
·       Bacterias anaerobias: Para respirar sustituyen el oxígeno por otras sustancias.
Las bacterias se dividen en cinco clases: eubacteriales, clamidobacteriales, actinomicetales, mixobacteriales y espiroquetales.


Los Virus


Los virus son un reino de parásitos intracelulares obligatorios, de pequeño tamaño, de 20 a 500 milimicras, constituidos sólo por dos tipos de moléculas: un ácido nucleico y varias proteínas. El ácido nucleico, que puede ser ADN o ARN, según los tipos de virus, está envuelto por una cubierta de simetría regular de proteína, denominada cápside.

      Los huéspedes que ocupan pueden ser animales, vegetales o bacterias. Entre los microorganismos, los virus parasitan bacterias, son los bacteriófagos o fagos, pero no se conocen virus que infecten algas, hongos o protozoos. Entre los vegetales, sólo se han encontrado infecciones por virus en las plantas con flores, pero no en las plantas inferiores. Entre los animales, se conocen muchos que parasitan vertebrados, pero entre los invertebrados, sólo se han encontrado en artrópodos.

      Las enfermedades humanas, causadas por virus, más conocidas, son la poliomielitis, gripe, viruela, sarampión, fiebre amarilla, encefalitis, paperas, tracoma, etc. Actualmente se cree que algunos tumores cancerosos son también de origen vírico. Las infecciones víricas en general, no pueden ser tratadas con antibióticos; sin embarco, el interferón, producto biológico sintetizado por los tejidos invadidos por un virus, es activo contra infecciones causadas por otros.

      Los virus más conocidos de todos son los fagos, debido a la gran facilidad técnica del cultivo de bacterias, comparado con el cultivo de tejidos o embriones. Su ciclo vital es el siguiente: la partícula del fago se fija en determinados puntos de la pared de la bacteria y la molécula de ácido nucleico, junto con algunas proteínas enzimáticas, es inyectada dentro de la bacteria y queda fuera la cápsula proteica vacía. Después de esta penetración, la célula infectada deja de producir sus proteínas y se pone a fabricar las del fago, que, de ese modo, va haciendo copias de su ácido nucleico y de las subunidades proteicas de la cápsula, que se reúnen para constituir las partículas completas; cuando éstas se han acumulado en un cierto número, la bacteria se rompe y libera los virus, que van a infectar las células próximas.

      Se ha discutido mucho si los virus son o no seres vivos. Por una parte se reproducen, aunque dependientes de la célula de la que utilizan enzimas y ribosomas; no metabolizan substancias para producir energía, y sólo tienen un tipo de ácido nucleico, ADN o ARN; además son cristalizables. Posiblemente, sistemas parecidos a los virus, pero de vida libre, fueron los primeros seres vivos.
      
Los hechos más sobresalientes que han motivado el rápido desarrollo de la virología, la parte de la microbiología que tiene por objeto el desarrollo de los virus, son: en la última década del siglo pasado, Ivanovsky primeramente y después Beijerinck descubrieron la existencia de agentes infectivos, más pequeños que las bacterias hasta entonces conocidas, a los que hoy se denominan virus; en el año 1.931, Elford consiguió medir las dimensiones de los virus; Roux hizo el primer intento de cultivo de virus; y Goodpasture lo obtuvo en huevos fecundados, es, decir, con embrión de pollo; Max Theiler consiguió la primera vacuna contra la fiebre amarilla del mono, practicando inoculaciones sucesivas de su virus en ratones y cultivando después el producto en embriones de pollo, y, encontrado en el camino, se han preparado otras vacunas contra el cólera porcino, el moquillo y la rabia del perro, etc.; en 1.935, Stanley cristalizó el virus del mosaico del tabaco; Williams fotografió por primera vez un virus, por medio del microscopio electrónico; en 1.949, Enders, Robinson y Willer cultivaron el virus poliomielítico; Coons demostró la situación de las partículas víricas en las diferentes partes de la célula, mediando la técnica de los anticuerpos fluorescentes; Fraenkel-Conrat y Williams fraccionaron el virus en una parte proteica y en ácido nucleico y demostraron que, separadamente, no poseen infectividad; y Gierer y Scharamm pusieron de manifiesto que la infectividad de ciertos virus es debida al ácido nucleico. En el año 1.957, Isaacs descubrió el interferón.

      Los virus, aparte de su importancia como agentes patógenos, tienen un gran interés en biología molecular, para el estudio de ácidos nucleicos, ya que de ellos se pueden extraer en gran cantidad y pureza. Por último, es de esperar que por medio de las técnicas investigadoras actuales se alcancen, en un futuro próximo, descubrimientos de trascendental importancia para el conocimiento de los virus y la manera de combatirlos.

      Según su forma, se distinguen los siguientes tipos de virus: icosaédricos, como el virus de la poliomielitis; helicoidales, como el virus del mosaico del tabaco; bacteriófagos, que sólo infectan a las células bacterianas; y virus con envoltura, como el de la viruela, el del sida o el de la gripe. Los icosaédricos, como dice su nombre, tienen forma de un icosaedro. Los helicoidales son de forma cilíndrica. Los bacteriófagos son el nombre particular de ciertos virus que transportan una partícula genética de una célula bacteriana a otra. Descubiertos por D'Herelle en 1.915, se obtienen mediando filtración; son específicos, es decir, que cada uno ataca solamente a una especie de bacterias; de cabeza poliédrica con ácido desoxirribonucleico en su interior, y cola anular, o bien en forma de esférula o de bastón, con una placa basal, espinas y fibras en la parte inferior. Su importancia ha decrecido con el descubrimiento de las sulfamidas y de los antibióticos. Los virus con envoltura son más o menos esféricos.