sábado, 15 de febrero de 2014

Un encuentro que cambia la vida: dos jóvenes cuentan por qué dejaron tod...

En el mundo hay más de 750.000 religiosos. Para agradecer la labor de estos hombres y mujeres que llevan el mensaje de la Iglesia a muchas realidades se celebra, desde 1997, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. 


Bob también es religioso marianista. Tiene 37 años y estudió en una universidad de esta Órden sólo por la buena reputación de su facultad de ingeniería. No se planteaba la vocación religiosa. Tenía un buen trabajo como profesor de matemáticas, compró una casa, un coche y comenzó a salir con una chica. Sin embargo, casi sin darse cuenta, la vocación religiosa ya había llamado a su puerta.

BOB JONES

Religioso Marianista

"Cuando hablé con mi novia estaba nervioso, digámoslo así. Pero, lo creas o no, cuando se lo dije a mis amigos y a mi familia me dijeron que no les sorprendía. Creo que ya habían visto algo en mí que yo mismo no había visto”.


El camino que ambos han recorrido ha sido largo. Hicieron un año de prenoviciado, dos de noviciado y después primeros y segundos votos. Hasta que pasan al menos ocho años no se hacen los votos permanentes. Ambos reconocen que la vida religiosa merece la pena.

"Siempre animo a la gente que piensa, como yo pensaba, que esta vida no es para ellos. Tenemos que creer que Dios es el Dios de las sorpresas. Cuando empiezas a escuchar la voz de Dios nunca sabes dónde te llevará. Hablo siempre de mi vocación como una aventura porque me puedo despertar cada mañana y pensar: '¿qué va a pasar hoy?' Me ayuda recordar que Dios está en todo esto”.


Javier y Bob dicen que ser religioso no es un tipo de vocación pasada de moda porque buscar la felicidad nunca estará pasado de moda. Por la sonrisa de sus caras, lo que está claro, es que ellos ya la han encontrado.

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