jueves, 4 de octubre de 2012

Un juez ordenado diácono permanente


Como otras veces hemos hecho mención que han ordenado diáconos a hombres casados de diferentes profesiones: agentes de seguros, policías, trabajadores sociales, periodistas, etc., el día 26 de Agosto se dio un paso más, en la Concepción, de Chile.
En una solemne eucaristía fue ordenado el juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal Reynaldo Oliva Lagos, pasando a ser el primer diácono permanente célibe; es un hecho sin precedente en la Iglesia Católica de su país, y yo me atrevería a afirmar que en todo el orbe católico: juez, diácono permanente y célibe. Para ser aceptado y consagrado como Diácono Permanente, el juez debió realizar un período de formación humana, espiritual, doctrinal y pastoral.

La ceremonia fue oficiada por el Arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomali, que presidió la Eucaristía y ordenó al nuevo diácono, ceremonia que contó con la presencia de numerosos sacerdotes y gran parte del cuerpo de diáconos de la Iglesia de Concepción,  que trabajan pastoralmente en las distintas parroquias y servicios eclesiales.

El juez Oliva Lagos se ha convertido en el primer diácono permanente célibe. Para ser aceptado y consagrado como Diácono Permanente, el juez debió realizar un período de formación  humana, espiritual, doctrinal y pastoral.

Esto fue logrado con el apoyo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, a través de su Instituto de Teología, lo que implicó un plan de estudio con clases los fines de semana. Asimismo, el magistrado, quien pertenece como laico a la parroquia El Sagrario, recibió, el año pasado, el ministerio del Acolitado, etapa previa para ser aceptado en el orden del Diaconado Permanente.
Por su parte, el nuevo diácono Reynaldo Oliva expresó sus sentimientos, diciendo: “Humildemente agradezco a Dios, en este día de mi ordenación diaconal, día en que me consagro enteramente a Dios para el servicio de la Iglesia de Concepción, en perfecta obediencia al Obispo, hoy, en la persona de monseñor Chomali y en estrecha colaboración con los presbíteros,  con el servicio de la palabra, de la liturgia y la caridad. Agradezco a mi familia, a mi madre aquí presente,  a mi padre que ya ha partido ante Dios, por haberme dado la vida y la semilla de la fe en el Bautismo. A mis hermanas con quien he compartido el crecimiento de la fe. En mi familia aprendí a conocer a Dios y a darme en la oración y en la Santa Misa, lo que fue refrendado en el colegio; recordó al grupo de guías y scouts, a la escuela del diaconado, al Instituto de teología, la comunidad de Patagual, parroquia Cristo Rey de Bellavista, comunidad de Punta de Parra, parroquia Todos los Santos, parroquia Cristo Salvador y parroquia El Sagrario donde se ha formado desde niño. A los sacerdotes, a los diáconos”.

Queremos desde aquí, darle la enhorabuena por su ordenación y lo felicitamos por su elección para servir a la Iglesia de nuestro Señor en aquella parcela que le sea asignada.

¡Bienvenido al nuestro ordo diaconal

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